Los tiempos han cambiado mucho en todos los ámbitos. Los enfoques de aprendizaje también. Y no solo en cuanto a los métodos, sino también en cuanto a los objetivos.
En efecto, tradicionalmente el aprendizaje estaba orientado a la adquisición de conocimientos. Pero, el acelerado proceso de evolución hace que los conocimientos rápidamente queden obsoletos, siendo sustituidos por otros nuevos. Esto significa que el mundo cambia muy rápido y que cuando nos preparamos para el futuro, en realidad los conocimientos actuales sabemos que rápidamente quedarán desfasados y se quedarán cortos. Y el problema es que es muy difícil predecir qué conocimientos serán importantes en el futuro, incluso en un futuro muy cercano.
Por eso, el aprendizaje en el Siglo XXI no debe basarse sólo en los Conocimientos, en el saber las cosas, sino que debe ir más allá y debe prepararnos para Actuar y para Valorar.
El conocimiento que necesitamos adquirir, es decir, lo que necesitamos saber, está relacionado en primer lugar con los conocimientos propios de la ocupación que tenemos, lo que se ha llamado también conocimiento profesional o conocimiento técnico. Pero, también con las competencias digitales que necesitamos desarrollar, como uso de herramientas, plataformas colaborativas, etc. Y así mismo, también necesitamos abrir nuestro foco hacia otras áreas con las que tenemos relación; lo que llamamos un conocimiento interdisciplinar.
Por su parte, la capacidad para intervenir y actuar en las situaciones incluye las habilidades de comunicación y colaboración, la capacidad para solucionar problemas y el pensamiento crítico, y la creatividad e innovación.
Y por último, la capacidad de valorar se asienta en el desarrollo de habilidades para la vida y el trabajo, en la conciencia ética y emocional y en la competencia cultural.
Este enfoque persigue un desarrollo de las capacidades globales de las personas y tiene una pretensión integral, con el fin de prepararlas para que sean capaces de desenvolverse en un mundo profesional diferente al que ahora tenemos, y al que inexorablemente nos acercamos rápidamente.
El objetivo es impulsar el desarrollo de nuestras competencias para ser capaces de afrontar las situaciones de los nuevos escenarios con los que nos vamos a ir encontrando en un futuro cercano.
